Este texto forma parte de mi Lista de logros de AMLO y Morena.
Durante décadas en México, no solo vivimos desfalcos descomunales, sino que tuvimos que soportar el agravio de que los sueldos de los altos funcionarios públicos, incluyendo al presidente de México, diputados, senadores, jueces e infinidad de directores y subdirectores de una innumerable cantidad de dependencias, eran de un nivel irrealmente alto en comparación con los ingresos de la mayoría de los mexicanos. Y no solo percibían sueldos exagerados, sino prestaciones que consistían, básicamente, en recibir más dinero, tanto como el mismo sueldo.
En el caso del presidente Enrique Peña Nieto, por ejemplo, su salario mensual ascendía a más de $259,000 incluyendo prestaciones adicionales. Desde la primera quincena como presidente, Andrés Manuel López Obrador ordenó una reducción de salarios para todos los empleados del poder ejecutivo, comenzando consigo mismo. Su salario descendió hasta $108,000 mensuales sin otras prestaciones extras, excepto el sustento, que es un derecho de todos los presidentes y que es indispensable para sostener el ritmo de trabajo que se les demanda.
Por si la cantidad la pareció elevada y grosera, le comento que muchos funcionarios percibían sueldos superiores al del presidente llegando en algunos casos hasta aproximadamente $580,000 mensuales.
En el poder legislativo, los diputados y senadores de Morena propusieron y aprobaron reformas para que ningún funcionario pueda ganar más que el presidente. Cabe señalar que esta reforma ha sido una batalla, pues muchos de los empleados que ganaban más que el presidente se ampararon para que no se les aplique la reducción. Y poco a poco, siguiendo el debido proceso, el curso legal ha permitido que reciban el sueldo reducido. Así mismo, líderes del Poder Judicial y de organismos descentralizados que podían fijar su propio sueldo, no aceptaron la reducción, por lo que recurrieron a amparos o a simplemente no acatar la nueva ley. Sin embargo, en abril de 2021 se acotaron las lagunas legales y ahora sí, ningún servidor público, ni los de organismos autónomos, pueden cobrar salarios mayores a los del presidente, quien ya se lo redujo a poco menos de la mitad.
Con esto, no solo obtuvimos un gobierno, en los 3 poderes y a pesar de las resistencias de grupos que se aferraban al privilegio, mucho más sustentable, sino también en mi humilde opinión, más decente.
Referencias: