Mis ideas suelen desencajar un poco, o quizás un mucho con las de otros amigos con ideología de izquierda o morenista. Uno de estos temas es la libertad de expresión. Recibí con bastante agrado los tuits y columnas del senador mexicano Ricardo Monreal en los que señala la necesidad de “tutelar” la libertad de expresión para su libre ejercicio, incluyendo las redes sociales.
La libertad de expresión es un derecho humano que debe ser tutelado para su ejercicio eficaz, mediante principios establecidos en las leyes. La única vía correcta y democrática de protegerla en el ciberespacio es la legislativa, lo mismo para prensa, TV, radio y redes sociales.
— Ricardo Monreal A. (@RicardoMonrealA) January 23, 2021
No considero que la libertad de expresión consiste en decir todo lo que uno desea. Por el contrario, creo que cuando caemos en el acoso a una persona, problema social que ocurre en diversas partes del mundo y no es por motivaciones políticas, se limita la libertad de expresión de esa persona, con consecuencias a veces terribles, siendo la máxima el suicidio y la menor una fuerte desmoralización.
A fin de proporcionar una experiencia “agradable” en redes sociales (sí, entre comillas) masivas como Facebook y Twitter, sus dueños se han dado a la tarea de elaborar reglas que son prácticamente ideales para la convivencia humana: no está permitido el acoso. No está permitido el lenguaje de odio, el racismo ni la incitación al odio hacia categorías como mujeres, religiones o personas con alguna enfermedad. Tampoco está permitido usar medios artificiales para manipular las opiniones, con lo que se busca un diálogo transparente entre ciudadanos. Por ejemplo, si una persona (político o empresario difusor de noticias falsas) abre varias cuentas anónimas para dedicarlas a la difusión de mentiras u opiniones extremistas con el fin de hacerlas populares, está prohibido y las cuentas deben ser cerradas.
En realidad, las reglas que tienen son bastante buenas… en la letra.
Y de hecho ya contamos con leyes que nos protegen contra un mal manejo de las redes sociales. Por ejemplo, si usted vive en la ciudad de México, en donde existe una policía cibernética que vigila las redes sociales, y es acosado por alguna cuenta de Twitter, puede contactar a esa policía en la arroba @UCS_GCDMX. Ellos no le atenderán por la red social, le orientarán amablemente para que les llame al teléfono 55-5208-9898. Pero tampoco le atenderán por teléfono, al llamarles le orientarán amablemente para que presente su denuncia. Se iniciará un largo proceso legal, mientras usted sigue siendo acosado o amenazado. Muchas veces el acosador será una cuenta anónima, ya sea una persona obsesionada con esa vil actividad y que oculta su rostro, o una empresa que cuenta con miles de cuentas anónimas y las utiliza para acosar como un oficio (horrible y pasa en México).
Así que si se va a regular, es necesario eliminar cuellos de botella y no obtener una gruesa ley que nos beneficie en la letra, como el reglamento actual de las redes sociales. Propongo estos elementos que cuentan con las características de ser fáciles, rápidos y baratos.
1. Obligatoriedad de cumplir las reglas actuales
Como ya dije, las reglas de las redes sociales son bastante buenas. Nos han hecho el 90% del trabajo ya. Pero ejecutivos de estas grandes empresas han permitido sistemáticamente (no por error ni descuido) que se violen sus reglas. Como dijo algunas vez el presidente Andrés Manuel López Obrador, ¿quén pompó?
Además, la falta de aplicación de sanciones a las cuentas dedicadas al acoso genera una falsa percepción de que la red social será omisa para sancionar a los usuarios reales. Estos eventualmente estallan en ira (son sometidos a una incitación constante al acoso) y reciben puntualmente la sanción correspondiente. Es notoria la parcialidad con que se conducen en México, recibiendo claramente más sanciones los simpatizantes de la izquierda, de Morena y de AMLO que sus detractores, e incluso que muchas cuentas especializadas en acoso. Con esta propuesta se satisfaría la tan anhelada “no censura” que reclaman muchos mexicanos, pues tendrían un piso parejo sobre el cual expresarse con liberta, sabiendo bien lo que no está permitido y sin incitaciones artificiales a hacerlo.
2. Ayuda del gobierno que al pueblo de México le costaría $0.00
Es importante que se tomen medidas efectivas y de bajo costo. En una de las varias audiencias públicas que ha tenido la empresa Facebook para explicar el problema de hacer cumplir las reglas de la red social, Mark Zuckerberg, CEO de la empresa, mencionó que debido al volumen de trabajo se necesita ayuda del gobierno de Estados Unidos. Los empleados subcontratados por Facebook que se dedican a moderar mensajes de odio (algunos de ellos en video, lo cual incluye violaciones, pornografía infantil y asesinatos), padecen de gran estrés, al grado de quedar enfermos físicamente y con necesidad de tratamiento psicológico. No solo padecen estas terribles consecuencias, sino que no son suficientes, según confirma el mismo Zuckerberg.
Este trabajo de monitoreo ya lo están haciendo empleados de gobierno pagados con nuestros impuestos. El detalle es que no tienen la facultad de eliminar videos, ataques, acosos ni cerrar cuentas de agresores. Como puede ver en esta imagen tomada del sitio web de dicha institución (febrero de 2021), es parte de las actividades de la Policía Cibernética de la Ciudad de México.

Es un desperdicio de dinero y tiempo que necesitando los dueños de redes sociales ayuda del gobierno, estando los ciudadanos viviendo campañas permanentes de acoso, estando policías con experiencia en identificar delitos en redes sociales viéndolos y orientando a los ciudadanos para que realicen el largo y tardado trámite de presentar su denuncia formal, no se capacite a los policías (con capacidad legal) para detener estos delitos en flagrancia. Cuando usted grita en la calle porque un ladrón le arrebata su bolso, cartera o bicicleta, es deber del policía más cercano acercarse auxiliarle, pedir refuerzos si es necesario, arrestar al delincuente y después de detenido el delito en flagrancia, invitarle a usted al largo y tortuoso proceso de denunciar. Propongo pues, que a equipos de las policías cibernéticas de todo el país y/o de la guardia nacional que ya realizan esta vigilancia, se les proporcione acceso de empleados al sistema de redes sociales (que puedan entrar a redes sociales con las mismas facultades de los moderadores actuales) y procedan a obtener los datos como teléfono de criminales, suspender cuentas, borrar posts o tuits y hacer lo que sea necesario para detener los delitos que se encuentren en flagrancia, tal como ocurre en las calles. Cabe señalar que pasar de observar impotentes todos los acosos y amenazas que viven los ciudadanos en redes sociales, a poder detener dichos delitos, será moralmente muy satisfactorio para su ambiente laboral, no se diga del ambiente sano que se respirará en redes sociales.
3. Los ingresos de las empresas. Basta de tratos oscuros
Lo que explicó AMLO en la mañanera de febrero de 2020 acerca de contratos para operar bots masivamente es innegable. Sean secretos esos contratos o no, es un hecho que las redes sociales permiten e incluso dan prioridad a dichos bots, a los que llamo prianbots aunque lamentablemente no solo los políticos opositores de AMLO han recurrido a ellos. Es posible también que no existan dichos contratos (tanto AMLO como yo pensamos que sí, pero digamos que fallamos) y el trato preferente que vemos en redes sociales únicamente se debe a las preferencias políticas de los dueños de redes sociales y sus altos gerentes. Opino que tanto Mark Zuckerberg como Jack Dorsey, CEO de Twitter, tienen una fuerte inclinación hacia la desigualdad económica y el malestar general, y sus acciones fuera del discurso público lo demuestran. Así que si existen dichos contratos, que están de hecho prohibidos por sus reglas (no los contratos sino la acción de manejar bots), deberán prohibirse en la práctica, lo que también se resolverá dando a la Policía Cibernética acceso como empleado para cancelar masivamente dichas cuentas.
Consecuencia que puede no gustar a algunos ciudadanos: salida forzosa del anonimato
Mis cuentas de redes sociales tienen mi foto y nombre reales. Quizás me siento tranquilo al hacerlo así porque comencé a convivir con muchas cuentas de personas que apoyan a Morena en 2018, poco antes de que AMLO fuese electo como presidente de México. Estoy enterado de que muchas personas reales, no bots, utilizan una práctica que no está prohibida en redes sociales, pero se asemeja tanto que en caso de que se apliquen las reglas que ya están escritas, algún días les pueden llevar a que se cierre su cuenta. Es posible que lo hagan porque se sienten más cómodos ocultando su identidad real, o por gusto. Es un hecho que sus cuenta son manejadas por personas reales, algunas muy conocidas dentro del partido Morena. Algunos son mis amigos o conocidos y detestaría ver que, por el bienestar de los mexicanos, pierdan sus cuentas de redes sociales.
Le invito a que lea detenidamente estos 3 tuits. No le pido que se concentre en uno de ellos, los 3 son críticos para lo que describiré:
No permitimos el spam ni ningún otro tipo de manipulación de la plataforma.
Definimos manipulación como el uso de Twitter para llevar a cabo acciones masivas, de alta intensidad o engañosas que confundan a las personas o que obstaculicen su experiencia.
— Twitter Seguro (@TwitterSeguro) January 22, 2021
Esto incluye el uso de información engañosa en el perfil de la cuenta para llevar a cabo acciones de spam, obstaculización o acoso. Por ejemplo cuentas con fotos de perfil o biografías robadas o copiadas.
— Twitter Seguro (@TwitterSeguro) January 22, 2021
Si consideras que tu cuenta se bloqueó o se suspendió por error, puedes enviar una apelación desde nuestro Centro de Ayuda.
Más información aquí:https://t.co/paqDYd3O6p
— Twitter Seguro (@TwitterSeguro) January 22, 2021
El tercer tuit habla de posibles errores. Es posible que usted ejerza el anonimato con la foto de algún actor famoso o de una persona desconocida. Esto es contra las reglas y Twitter en cualquier momento le puede cerrar su cuenta sin previo aviso, ni mala conducta, ni reporte de ninguna persona, actualmente lo hacen.
Es posible también que ejerza su anonimato con una foto suya oscurecida, de su torso, piernas, mano, caricatura, animalito con quien convive o cualquier otra cosa. En dichos casos, es posible que por error la empresa le cierre su cuenta, pero usted puede apelar esa decisión como se menciona en el tercer tuit. Tome en cuenta que esta es una operación humana, falible e incluso si algún día lo realizan policías, se tratará de empleados con grandes cargas de trabajo. No es 100% seguro que en dicha apelación la regresen su cuenta, teniendo el riesgo de perderla para siempre.
Si bien no soy partidario de buscar con empeño el tener un alto número de seguidores o contactos en redes sociales, el perder su cuenta con un buen número de seguidores significa también tener menos lectores para cualquier mensaje que desee transmitir, ya sea desmentir una noticia falsa o señalar un hecho positivo del gobierno o de algún candidato. Sé que algunos de ustedes sufrieron espionaje o amenazas de gobiernos anteriores y quizás eso les motivó a usar el anonimato. Ante esta disyuntiva, siempre consideraré que México requiere reformas que nos lleven a una justicia cada vez más simple, efectiva y rápida.