En los últimos meses, me parece que ha aumentado la frecuencia con la que los simpatizantes del partido Morena pronuncian su preferencia por tal o cual político como posible presidente de México después de Andrés Manuel López Obrador. Las encuestas, por el momento, tienen en similar nivel de popularidad, y muy delante de todos los demás (de cualquier partido) a Claudia Sheinbaum y a Marcelo Ebrard.
Las expresiones no siempre son amables, en especial cuando se trata de manifestar el repudio hacia Ricardo Monreal.
Así que hoy, solo porque quiero, explicaré las razones por las que mi preferencia es por Claudia Sheinbaum y explicaré qué otros puntos considero importantes para que cualquier persona prefiera a cualquier otra.
Varias veces he manifestado mi desinterés en formar parte de una facción de simpatizantes del partido Morena. Así que no prefiero a Claudia por eso. También he escuchado que es, en cierta forma, una discípula, aprendiz o formada por AMLO. Tampoco la prefiero por eso. He escuchado también que otros presidenciables como Marcelo Ebrard o Ricardo Monreal, representan un futuro giro de timón a la derecha. Tampoco la prefiero por eso, aunque sí considero de máxima importancia que todos los morenistas tomen las medidas necesarias para que el estatuto y la dirigencia del partido incluyan y apliquen procedimientos sumamente claros y contundentes, efectivos, para que nos demos cuenta y descartemos qué precandidatos tienen intenciones de volver al neoliberalismo, antes de que se les asigne una candidatura. He mencionado este tema cientos de veces en Twitter y lo seguiré haciendo. El riesgo es máximo, mis razones las he expuesto de sobra.
Mi apoyo a Claudia se debe, simplemente, a que está haciendo en términos generales un buen trabajo y a que es jefa de gobierno (un símil de gobernadora). Las medidas que ha tomado son buenas y estoy de acuerdo con la mayoría de ellas (nadie es perfecto). Las innovaciones están, en promedio, por encima de las que han implementado otros gobernadores. Claro está, hay un retraso mayor en algunos estados, por lo que sería inmoral exigir a todos los gobernadores de Morena que tomen las mismas medidas que Claudia. Pero sobre todo, comparándola con los demás presidenciables, tiene un puesto de jefe del poder ejecutivo. Es decir, es como una especie de mini presidencia. Me es difícil comparar su trabajo con el de Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, que son muy diferentes, pero me es fácil compararla con AMLO.
Puedo tomar a Marcelo y a Ricardo y proyectar su trabajo de 2024 a 2030, y me resulta sumamente difícil predecir cómo trabajarían de presidentes, puesto que el trabajo que estoy viendo a través de las noticias es muy diferente. Es como comparar a un buen equipo de fútbol con uno de natación.
Pero si tomo a Claudia y proyecto su trabajo de 2024 a 2030, puesto es que es más similar al del presidente que la labor de los otros dos, me es fácil deducir el tipo de presidenta que sería, qué acciones tomaría. Y lo que veo es a una AMLO versión 2.0. Las acciones que ha tomado como jefa de gobierno van de acuerdo con la Cuarta Transformación. No ha estado libre de incidentes, ya sea por decisiones de ella o de su equipo, como no lo ha estado el trabajo de ningún gobernante en la historia. No pronostico un posible retorno de los conservadores al gobierno por malas decisiones de Claudia, que es lo que pasó en Brasil y es, quizás, mi mayor temor para después de este sexenio.
En resumen, no tengo nada en contra de ningún presidenciable y respeto los deseos tanto de ellos como de sus simpatizantes.
Si a usted no le es afín el razonamiento que he expuesto, le ofreceré los puntos en los que yo me fijaría para apoyar a Claudia o a cualquier otra persona. Ojalá todos los presidenciables realizaran esto, o alguno se disculpara por no poder hacerlo y apoyara a los restantes.
- Manifiesta ante el polígrafo (detector de mentiras) no haber financiado, aprobado, decidido ni planeado una estrategia de manipulación o golpeteo en redes sociales contra los simpatizantes de Morena. Esta acción frecuente de políticos del PRI y del PAN es contraria a los principios del partido y debe ser eliminada, habiendo causado un mal rato a muchos morenistas. Es opuesta a la búsqueda de la felicidad del pueblo, tantas veces manifestada por AMLO.
- Con gusto (sin presión) se someterá al control de confianza, procurando que se invite a los demás y a que se realicen preguntas que verdaderamente confirmen quién ha hecho y hará un trabajo honesto y comprometido con la 4T, sin intenciones contrarias aparte.
- Si se enteró de actos de corrupción, los denunció ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) u ordenó denunciarlos. Si se trató de un amigo cercano, también lo hizo. Esto me dice que es amigo y compañero del pueblo.
- Ejerció un liderazgo moral con su equipo de trabajo, de tal manera que el dinero desaparecido detectado por la Auditoría Superior de la Federación o la SFP, es considerablemente menor proporcionalmente que el de los demás aspirantes. Es muy fácil, matemáticamente hablando, hacer una comparación proporcional (comparando presupuesto asignado), por lo que sería muy mala señal hacer una comparación no proporcional. Como ejemplo, esto lo hizo Ricardo Anaya para hacer quedar mal a AMLO en el segundo debate presidencial que sostuvieron.
- Presenta una lista de propuestas creíbles, serias, concretas, como las que presentó AMLO en 2018. La credibilidad se puede observar comparando unas propuestas con otras, así como los electores comparamos las propuestas de Ricardo Anaya y de José Antonio Meade con las de AMLO… ¿las recuerda? Eran propuestas demasiado fantasiosas. Meade, por ejemplo, ofrecía una hoja a cada persona para que le manifieste todas sus necesidades (sin prometer cumplirlas). Anaya ofreció un ingreso universal, el cual después de varios meses dijo que sería solo para los pobres.
- Posiblemente saldrán varias críticas y escándalos manchando la imagen de uno o más presidenciables. Incluso, de colaboradores cercanos. Es importante recordar que la mala acción de una persona no demuestra complicidad ni mala acción de otra. Pero es buena señal para elegir candidato, que haya tenido el menor número posible de escándalos por malas decisiones o corrupción reales, por el mismo motivo del punto #4: liderazgo moral sobre su equipo de trabajo. Así es la democracia por el momento, no podemos controlar cada acción de nuestros colaboradores, pero sí ejercer un buen ejemplo sobre ellos, seleccionarlos con cuidado y motivarles a mantenerse trabajando con honestidad.
Es mi deseo que lo mejor pase con México y con su pueblo, y que de ser necesario, mejoremos las reglas que tenemos tanto para elegir candidatos como para hacerlo con gobernantes.