Es importante aclarar que la predicción del señor Burry no es idéntica que la mía de agosto, 2020. Pero acarrea las mismas consecuencias. En aquella ocasión me refería a que a pesar de las buenas intenciones sobre la caída del neoliberalismo a nivel mundial, e incluso de algunas nobles y optimistas predicciones (no mías) sobre la recuperación post-pandémica, los más ricos del mundo presionarían los salarios en general a la baja.
El pasado martes, Michael Burry, fundador de la firma de inversiones Scion Asset Management y uno de los especuladores representado en la película La gran apuesta (The Big Short), tuiteó su opinión sobre los salarios de lo que en Estados Unidos suele llamarse trabajadores de cuello blanco. Adivine su opinión: presión de salarios a la baja.
La situación parecería no ser tan grave, pero se refiere a una enorme masa de trabajadores de Estados Unidos. No solo eso, sino que en el mundo globalizado en el que vivimos, también se refiere a:
- Mexicanos que envían remesas a sus familias en México.
- Consumidores de productos importados de México o que usan materias primas importadas de México.
- Turistas que no podrán pagar sus vacaciones a México.
- Empresarios y empleados de tiendas y empresas estadounidenses que no tienen nada qué ver con la predicción de Burry, pero que por medio de la circulación del dinero, también reducirán sus ventas y consumos en empresas relacionadas con México.
Básicamente, como he comentado en varias ocasiones en redes sociales, todos estamos conectados por medio de la economía. Nos encontramos en una etapa de recuperación que requiere las mayores inversiones posibles de los empresarios ricos y capaces (y esto les beneficiará en el corto y mediano plazo), pero tal parece que su inclinación a mantener a grandes masas en la pobreza les puede y motiva más.
Los trabajadores de cuello blanco no son solo burócratas, en su mayoría son oficinistas no especializados en carreras tecnológicas, que durante años han beneficiado a empresas pujando las ventas y realizando otras funciones muy necesarias pero que los avances en tecnología y eficiencia intentan hacer redundantes. Los hay y muchos también en México. No es posible ni razonable esperar que grandes masas de empleados regresen a la escuela, con menores ingresos, a tomar cursos de alta especialización tecnológica para, ahora sí, poder competir con ingenieros que verían en ese caso sus propios sueldos presionados a la baja.
El capitalismo pone a los seres humanos en una competencia encarnizada en la que es toda la humanidad quien está perdiendo. Considero que esta competencia debe parar ya, habiendo demostrado desde 2018 que ante las peores emergencias mundiales concebibles, somos incapaces de alcanzar mejores condiciones para las grandes masas. Es hora de cambiar el sistema.
Aquí la opinión de Burry:
I see a bifurcated labor market developing as unskilled and semi-skilled remain in short supply, but white collar workers, having proven their redundancy during COVID, will find gross excess in the labor market, pressuring wages at the end. https://t.co/jak9utVRKM
— Cassandra B.C. (@michaeljburry) June 29, 2022