Lo que hay detrás de las mejorías en Twitter

Elon Musk. Foto: Tumisu
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El capitalismo tiene una marcada dualidad. Prácticamente por cada cosa buena que ocurre, sucede una mala, ya sea relacionada o al mismo tiempo. Si obtenemos tecnología para facilitar la vida, en otro lugar del mundo varias personas pierden su empleo y aumenta el crimen. Y por lo tanto contratan a más policías, que obtienen un empleo. Pero el resultado neto es, no en mi opinión sino en los hechos demostrados ante todo el mundo durante la COP27 en noviembre de 2022, malo.

Elon Musk, el CEO de Tesla, ha hecho diferentes anuncios a lo largo de su vida, con un énfasis en el deseo de acciones rápidas, algo en lo que coincido. Pero muy lejos ha quedado aquel Musk que dijo que quería librar al mundo de los combustibles fósiles, y más cerca está el que contribuye al uso de tales combustibles con Space X, su empresa de viajes espaciales, algunos necesarios, otros innecesarios, más la misión de la conquista de Marte, algo totalmente innecesario y sumamente dañino para la economía y el planeta.

Cuando Musk anunció sus intenciones de comprar la red social Twitter, su primer objetivo fue positivo: librar la red social de troles. En semanas posteriores fue haciendo pronunciamientos relacionados con la libertad de expresión. Hasta aquí todo iba bien. Después agregó que la libertad debe respetar todas las posturas sin irse a los extremos, incuyendo las posturas de izquierda y de derecha. Sigo viéndolo bien, considerando que gran parte del mundo tiene posturas de derecha no extremistas, y él hablaba de evitar los extremos. Después de algunos pleitos, baches, mentiras y una amenaza de juicio, finalmente compró la red social y dio una explicación más clara de la libertad de expresión a la que se refería: la de los extremistas de la ultraderecha, que hacen algunos esfuerzos de vez en cuando para no parecer tan odiadores de la humanidad.

Tomó algunas medidas positivas. Por ejemplo, muchos de mis conocidos en Twitter se han quejado de que la aplicación o el sitio web se les atora demasiado. En pocas semanas, tras recortes de personal, realizó reducciones de tiempo en procesos que se redujeron en 0.4 segundos. Anunció que todos deberíamos notar una mejoría, aunque para ser honesto, se trata de una mejoría demasiado mínima. Si algo distingue a la red social Twitter, y en especial a la función de reuniones virtuales llamada Spaces, es la falta de eficiencia del software.

Pero poco a poco sus pronunciamientos se han visto más y más enfocados en un tema que pareciera, después de todos los pronunciamientos anteriores, ser el verdadero objetivo: no tanto la libertad de expresión en términos generales, sino la de los extremistas, conspiranoicos, racistas, supremacistas blancos, negacionistas del cambio climático, voceros de las grandes empresas de combustibles fósiles, negadores del voto de los no blancos en Estados Unidos, políticos con todas las tendencias anteriores, poco disfrazadas o no; y en resumen y sin exagerar, todos los promotores de las ideologías y mentiras que causaron el fracaso de la COP27.

No quiero decir que todos los que han obtenido la reactivación de sus cuentas tienen todas estas características, no. Por ejemplo, podríamos decir que Donald Trump tenía la cualidad de actuar rápido en ocasiones. De todas las malas conductas mencionadas, solo es culpable de negar el cambio climático, provoar (junto con otros) el fracaso de las COP y trabajar (quizás involuntariamente) para las grandes empresas de combustibles fósiles. El único dicho racista que recuerdo de su parte, fue algo ocurrido hace ya muchos años y no he leído ninguna anécdota más reciente. No así su hijo Donald Trump Jr., quien definitivamente necesita madurar para superar su supremacía blanca.

Elon, pues, se ha dedicado a reactivar las cuentas previamente suspendidas permanentemente por incurrir en estas prácticas. Los anuncios que ha hecho al respecto de su definición de “libertad de expresión”, parecieran estar enfocados en respetar la libertad de los ultraderechistas y la llamada alt right estadounidense (derechistas creadores y seguidores de teorías falsas de conspiración).

Ha ahuyentado hasta el momento a la mitad de los anunciantes de Twitter, y a pocos personajes públicos que no compaginan con su concepto de libertad de expresión. Ha tenido que hacer algunas correcciones, como conservar algunas prohibiciones y quitar visibilidad a tuits con contenido de odio (las personas conservarán sus cuentas y sus tuits serán visibles, pero solo podrán ser leídos si sus seguidores visitan directamente su perfil). Celebro esta última medida, pero no celebro que el tuit se conservará (a menos que sea denunciado, si el equipo que procesa las denuncias decide y tiene tiempo de aplicar las reglas, y estas no cambian para permitir ese tipo de manifestaciones).

No digo que debamos ser cuidados por los dueños de las redes sociales como si fuéramos bebés que no saben distinguir lo bueno de lo malo. Pero lo innegable es que las grandes masas de gente sí pueden ser manipuladas, y al menos parte de las cuentas reactivadas son manipuladores profesionales de la opinión pública, al servicio de los intereses más oscuros de la humanidad: la radicalización del capitalismo, la deshumanización de los pobres y la destrucción ambiental, con la consecuente pérdida masiva de vidas humanas. Y yo pregunto: ¿qué tiene esto de libertad?

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